La capilla del pazo, consagrada a San Amaro, le da el nombre a esta construcción ubicada al lado del Miño, en la parroquia de San Pablo de Porto, aunque también se conoce como Pazo de Porto. Al conjunto paciego también pertenece una playa y una isla en el río, además de un extenso viñedo.
En el alto, dominando todo el panorama hasta el río, está la casa, de traza sencilla y amable. Frente a ella, en la otra orilla del Miño, en Portugal, está la esbelta torre de Lapela.
El edificio fue morada principal de los Pereira de Castro, linaje que se ramificó por todo el territorio de la Galicia histórica. Fue el Marqués Pedro Vaz Pereira de Castro, a quién se debe la construcción de este hermoso pazo en 1591, según se contempla en la inscripción que acompaña al escudo principal del edificio:
"ESTA CASA MANDO AZER P. VAZ PEREIRA- HIJO DE VAZ PEREIRA DE CASTRO. La. 1591"
Probablemente se construyera sobre las ruinas de alguna torre defensiva existente en respuesta la torre fortificada ubicada en frente, en el pueblo luso de Lapela, en tiempos de hostilidades entre ambos países.
En el año 1960 la familia Villar compró todo el conjunto paciego, acometiendo posteriormente la transformación agrícola de la finca para convertirla posteriormente en explotación vitivinícola debido a la alta calidad conseguida por los vinos en estas tierras.
Dentro de la finca, de unas 30 hectáreas, encontramos varias edificaciones. La casa presenta planta en "L", y las dependencias secundarias fueron rehabilitadas como bodegas. Podemos ver también un hórreo de cinco claros de madera y piedra, que constituye un recuerdo de los espléndidos tiempos agrícolas de la casa.
La entrada principal era por un camino que da a un portalón de piedra almenado tras el que encontramos un patio ajardinado con plantas olorosas y una fuente, y que era donde antes estaban las caballerizas y las dependencias del servicio.
La capilla de San Amaro fue construida como edificio independiente en 1582, años antes de que se construyera el propio pazo (1591). Sometida a una reciente restauración, esta capilla merece una mención especial por su antigüedad, belleza arquitectónica y a la tradicional romería que cada 15 de enero se celebra en honor a San Amaro.
Hay un total de cinco escudos repartidos entre los distintos edificios. En el frente de la capilla encontramos dos: en el de la izquierda se pueden apreciar las armas de los Pereira y de los Castro, que se corresponden con la ascendencia materna del promotor de la obra, mientras que en el de la derecha están las de los Lobato y de los Bacelar, que se corresponden con la ascendencia paterna. Otro de los escudos está entre las dos puertas de la fachada principal (al norte) del pazo, e incluye los distintivos de los Sotomayor junto los de otra linaje con unas armas parecidas a las de los Bugarín. En el alto de la pared del patio orientada al naciente hay un escudete con las armas de los Lobato, y en este mismo patio, en la pared que mira al mediodía, encontramos el escudo más valioso de la casa en el que quedan reflejados los Castro, los Pereira, los Lobato y los Bacelar.