La Reina Leonesa Doña Urraca habitaba en el castillo medieval de Salvaterra de Miño. Un castillo con un amplio espacio con forma de “L” compuesto de dos pisos y una terraza superior.
Las Cuevas pertenecían al antiguo Palacio de los Condes, y su autoría se debe con toda seguridad al ingeniero francés Carlos de Lessar, al igual que la fortificación de la villa.
Esta edificación de dos andares, presentan los muros exteriores y las columnas construidas en piedra granítica y para las bóvedas emplearon ladrillos.
Es uno de los edificios que menos alteraciones constructivas sufrió con el paso de los años, teniendo en consecuencia, gran poder de atracción.
Los pisos inferiores, donde se encuentran las cuevas, son parejos visualmente, mediante piedra granítica, donde se levanta una serie de bóvedas de aristas, con sus arcos de medio punto y sus techos realizados a base de tiras de ladrillo. Un conjunto cerrado por paredes de sillería, con troneras abociadas.
Se trata de un espacio totalmente circular y cerrado con una bóveda semicircular, que se conoce como “el vestidor de Doña Urraca”.
En el interior aun se puede contemplar una curiosa escalera doble de caracol de doble rampa, ejemplar único en el país, que comunica dos amplias estancias abovedadas. De este modo se evita el cruce entre las personas que suben y las que bajan al mismo tiempo.
En el piso inferior existe un pozo, que según cuenta a tradición popular, existe un pasadizo secreto a la localidad de Monçao, testigo de amores, pasiones y traiciones entre enamorados de las dos orillas del río.