La Capilla de la Oliva del Castillo de Salvaterra, es un monumento situado en la comarca del Condado, en Salvaterra de Miño en la provincia de Pontevedra. Orientada hacia el río Miño se disponen en medio de un largo lienzo de la muralla que rodea la fortaleza.
Fue realizada en sillares pétreos bien asentados, y su planta en rectangular, es cubierta de teja árabe a varias vertientes. Aparece blasonada con una representación de la Virgen y se corona con una Cruz y pináculos muy característicos del estilo barroco.
La Capilla de la Oliva se integra dentro de las murallas del propio Castillo de Salvaterra lo que indica que fue construida entre los siglos X y XI. Las primeras murallas de este castillo fueron levantadas en el siglo XII, y como se menciona anteriormente, en su interior se encuentra la Capilla de la Virgen de la Oliva, construida por los portugueses durante su ocupación de la fortaleza y que podéis ver en las fotos que se muestran. Cerca de ella está el Pazo de Doña Urraca, hoy rebautizado como "Casa del Vino", que es una hermosa mansión de grandes vidrieras ubicada en un extremo de la plaza que lleva el mismo nombre, "De la Oliva".
La fortaleza, hoy restaurada y propiedad del Ayuntamiento de Salvaterra, se vió implicada en numerosos hechos de armas cuyas huellas aún se pueden encontrar entre sus piedras. La que más llama la atención es la que se puede ver en la parte superior de la entrada. Se trata de tres escudos portugueses, dato que se deduce de la aparición de la Cruz de la Orden de Cristo, tan popular al sur del Miño como la Cruz de Santiago en España y que aún figura en las escarapelas de los aviones de la Fuerza Aérea Portuguesa. Como se puede ver, de los escudos se conservan las coronas y los collares, pero las armas fueron borradas. Esto se debe la que la fortaleza de Salvaterra estuvo en manos portuguesas durante la guerra de separación de Portugal.
Dos años después del inicio de esa contienda, en 1642, el entonces Conde de Salvatierra, García Sarmiento de Sotomayor, confió el gobierno de este castillo a su amigo el portugués Gregorio Lopes de Subasta cuando aquel cruzó el Océano Atlántico para tomar posesión de su cargo como Virrey de la Nueva España. Muchos portugueses combatían entonces contra quien luchaba por la separación, y existen distintas versiones sobre la actuación del tal Lopes de Subasta. Según algunas fuentes portuguesas Lopes tenía infiltrados entre los independentistas lusos que le informaban de los movimientos de aquellos. Según otras fuentes, él era en realidad un traidor que abrió las puertas de la fortaleza de Salvaterra a sus enemigos. El caso es que el 15 de agosto 1643 tomó la plaza João Rodrigo de Vasconcelos y Sousa, conde de Castelo Melhor (título que, cosas de la vida, le había otorgado el Rey de España Felipe III por su lealtad), en una operación de desembarco en la que contó con dos tandas de 250 hombres cada una (los que cabían de cada vez en las barcazas), encontrando una fuerte resistencia entre los gallegos. En los 16 años que poseyeron el castillo los lusos no perdieron el tiempo: levantaron las murallas actuales y mejoraron las defensas, de ahí que la puerta que se puede ver en las fotos ostenten escudos portugueses.